RAPI-COLUMNA

COVID: la brecha entre niños pobres y ricos; retornar o no a la escuela…

Ayer domingo pudimos observar la molestia de padres de familia, sobre todo de recursos económicos altos, que se apostaron en Palacio de Gobierno exigiendo la reapertura de escuelas, tras una marcha que realizaron en sus vehículos (en su mayoría lujosos), desde la avenida División del Norte hacia el Centro Histórico.

Pero las redes sociales desencadenaron una serie de comentarios que develaron los dos bandos existentes respecto a continuar o no con las clases desde los hogares.

LOS DE ESCUELAS PRIVADAS

Son padres de familia con nivel socioeconómico alto que, de acuerdo a dichos comentarios en la red, seguramente vacunaron a sus hijos en el extranjero y no ven riesgos, o solo menores, de contagio por retornar a las aulas.

Por lo general ese sector de la población mantiene a sus hijos en escuelas privadas.

Durante la marcha, abogaban principalmente por niños en escuelas de esa naturaleza, siendo estas las que cuentan con mayor infraestructura y logística para poder garantizar la sana distancia y protocolos de prevenci´pn, situación que no necesariamente se da en las instituciones públicas al haber un universo mayor de menores en las aulas.

LOS DE ESCUELAS PÚBLICAS

Por lado están los padres de familia que sienten el temor pleno de que sus hijos se contagien si se abren las escuelas, dado que los recursos promedio de una familia chihuahuenses no brinda comodidades o la posibilidad de hacer gastos extraordinarios en caso de una enfermedad, y en muchos casos han llegado al lastimoso hecho de tener que perder la vida por falta de atención médica.

LOS MAESTROS

Otra de las variables, que las autoridades de Salud y los involucrados en le prevención de la pandemia, tiene que ver con los maestros. Estos se mantienen a la orden del gobierno, no obstante si regresan a clases presenciales, aún vacunados se encuentran en riesgo de contraer el virus, pero por otro lado si se mantienen en sus hogares con la educación en línea se elevan sus gastos en el hogar.

EL REZAGO EDUCATIVO

Es una realidad para todos que ya son casi dos años de retraso educativo pues no es lo miso tomar clases en forma, en las aulas, que a través de computadoras o celulares.

Los niños han perdido una cantidad elevada de información que deberían ya de haber obtenido, sin embargo, prevalece la disyuntiva: ¿primero las clases o la salud?

¿Y LOS BARES, CANTINAS, CASINOS, SALOS DE FIESTAS Y RESTAUTANTES?

Públicamente se reconoce a todos estos establecimientos como las principales fuentes de contagios, que se suman a las fiestas en casa que siguen permitiéndose indiscriminadamente.

Hay quienes señalan el temor de las autoridades de tener un rompimiento y manifestaciones sociales por el cierre de negocios, aún y cuando los indicadores lo consideran necesario.

Ya lo vimos, en diciembre los negocios hicieron su agosto, pudieron tener super ventas y con ello lograr un poco de recuperación de toda la crisis por la que han atravesadp desde el inicio de la pandemia, pero… volvemos a la disyuntiva ¿Qué es primero, la salud y la vida o la apertura de negocios?

La alta actividad que tuvieron las empresas en la temporada decembrina desembocó en la crisis de contagios que hoy tenemos en día, pero es ahí, en los giros que ya comentamos en donde se da el mayor número de contagios.

¿QUÉ DICE EL GOBIERNO?

Ante tales hechos el gobierno del Estado, dijo que bajo su responsabilidad de velar por la salud y la vida de los ciudadanos no se regresará a clases presenciales; y lo que dará la pauta para ello, asegura, será la baja de los indicadores.

Por lo pronto, con manifestaciones y expresiones en medios de comunicación no habrá un cambio en la semaforización que lleve a la permisividad de clases presenciales.

LA REALIDAD

Para el gobierno es complicado darles gusto a todos los sectores, por ello es importante que la semaforización se modifique respecto de los patrones de contagio del virus y no por las necesidades de cierto sector. La tarea es difícil, pero tenemos el derecho de ser escuchados, pero también la capacidad de llegar a un diálogo próspero por el bien de todos.