Estado
02 de Febrero del 2022 a las 8:2- PM
(RAPI-COLUMNA) El día en que “El Caballo” Lozoya se burló de los votantes

No es tema privado y mucho menos un asunto que la ciudadanía deba dejar pasar. La detención de Alfredo “El Caballo” Lozoya en Estados Unidos nos revela la clásica forma de actuar de muchísimos políticos que toman como bandera temas sentidos para la sociedad como la corrupción, escondiendo celosamente en lo que ellos mismos incurren, es decir actos irregulares.

El domingo pasado, Alfredo Lozoya, a decir de fuentes extraoficiales, quedó formalmente detenido en el vecino país del norte por supuestamente haber engañado a las autoridades estadounidenses con el registro de una aeronave.

Cierto o no, lo que sale a la luz pública es cómo un político y empresario puede intentar entrar a las mentes de los votantes para autoposicionarse como “el salvador” de toda una sociedad en el combate a la corrupción.

Recordemos también que “El Caballo”, junto al desaparecido candidato de Movimiento Ciudadano, Miguel Riggs, demolieron de una forma arbitraria un supuesto picadero, haciendo justicia por su propia mano, una vivienda ubicada en una colonia al sur de la Capital del Estado.

En ese momento, alegaron que las autoridades en funciones no combatían delitos como la corrupción y el narcomenudeo, autoproclamándose los paladines de la justicia en nuestro estado.

Pero llegó el día en que se cayó esa farsa, ese escenario armado con fines lucrativos políticamente hablando; nos referimos a la detención que arriba mencionamos por parte de la Agencia de Investigación Estadounidense HSI por sus siglas en inglés.

En ese momento, quedó demostrado que más corrupto podría ser el mismo Caballo (dándole aún el beneficio de la duda), que quien fue su objetivo de ataque en campaña a la gubernatura del Estado, nos referimos a la gobernadora Maru Campos Galván, a quien el tiempo y la justicia local han exonerado de todo lo que se le ha acusado por parte de Javier Corral y el mismo Caballo.

Pero lo peor del caso es que los principales beneficiados (políticamente hablando), por parte de Lozoya Santillan, es decir el actual presidente de Movimiento Ciudadano en la entidad y diputado local, Francisco Sánchez, así como el presidente de Parral, César Peña, dos de sus súbditos incondicionales, demostraron su necesidad de salir a defenderlo ante tal detención.

Armaron una rueda de prensa bajo el supuesto pretexto de dar a conocer un “mensaje importante” que por supuesto nadie de los medios “peló”, porque el fin oculto del acto era salir a defender a Alfredo.

Pero ¿en qué cabeza cabe esa defensa?, si todos sabemos que si la autoridad estadounidense te detiene es por sospechas fuertes o comprobadas de actos ilegales, entonces nos viene a la mente el razonamiento de: ¿A caso están obligados Francisco Sánchez y César Peña, a defender a capa y espada a su padrino político, en lugar de dedicarse a legislar y gobernar, respectivamente, con base a las facultades que les confieren sus cargos? ¿Es necesario que se malenfoquen en temas que tiene que responder “El Caballo” de manera personal ante las autoridades?

No entendemos el afán de lavar la imagen del expresidente municipal parralense, cuando es obvio que si no hizo algo ilícito las mismas autoridades lo dejarán en libertad y él mismo podrá salir a los medios a promover su inocencia dictada por un juez.

Esa debería ser la tónica natural del caso. Usted ¿qué opina?